INTEGRACIÓN
Identifica y atiende las necesidades de los demás
Desde pequeña, mis padres me inculcaron la importancia de ayudar a quienes más lo necesitan, ya que siempre apoyaron a personas de escasos recursos. Esto despertó en mí un sentido de compasión y empatía hacia los demás. Mi abuela Tomasa también tuvo un gran impacto en mi vida, enseñándome a velar por los enfermos y a preocuparme por su bienestar.
En el colegio, participábamos en la entrega de despensas a comunidades necesitadas, y en los clubes realizábamos visitas a hospitales y comunidades para brindar apoyo y compañía a quienes lo requerían. Uno de los proyectos más significativos en los que participé fue en el Club de Guías Mayores, donde construimos una escalera para un hermano que vivía en una zona remota y de difícil acceso.
Al llegar a la universidad, tuve la oportunidad de integrarme en un Grupo Pequeño, y con ellos realizamos visitas a un centro de Alcohólicos Anónimos, donde compartimos un culto de sábado vespertino, llevando un mensaje de esperanza y fe.
➡️ Reflexión:
Estas experiencias han moldeado mi carácter y mis valores. Me han enseñado que el servicio a los demás no solo es un acto de bondad, sino una responsabilidad que fortalece nuestra comunidad. Ayudar a quienes lo necesitan me ha dado una satisfacción profunda y me ha permitido ver la vida con una perspectiva más solidaria.











Se comunica en un segundo idioma
Crecí en el sur, en una provincia donde el uso de un segundo idioma no era común. Esto limitó mis oportunidades de practicar inglés en la vida cotidiana. Aun así, logré desarrollar una buena comprensión escrita y auditiva, aunque aún me cuesta expresarme verbalmente con fluidez.
Al llegar a la universidad, me di cuenta de que el inglés es actualmente el idioma principal para la comunicación global y profesional, lo que me motivó a querer mejorar mis habilidades lingüísticas. Por ello, he decidido comenzar a estudiarlo de manera constante para hablarlo con mayor fluidez en el futuro.
➡️ Reflexión:
Aprender un segundo idioma es un reto, pero también una herramienta poderosa que abre puertas en el ámbito profesional y personal. Mi objetivo es seguir practicándolo y perfeccionándolo, ya que sé que será clave para mi desarrollo en un mundo cada vez más interconectado.
Autofinancia su proyecto educativo
Actualmente, no trabajo en la universidad ya que mis padres financian mis estudios. Sin embargo, estoy consciente de la importancia de la independencia financiera y la administración responsable de los recursos, por lo que en el futuro buscaré oportunidades para desarrollarme profesionalmente y costear mis propios proyectos.
➡️ Reflexión:
El apoyo de mis padres ha sido una gran bendición, pero también me ha hecho reflexionar sobre la importancia de prepararme para gestionar mis propios gastos y responsabilidades en el futuro.









Valora y respeta la diversidad y multiculturalidad
Desde antes de entrar a la universidad, ya tenía interés en diferentes culturas, como la coreana, turca y china, influenciada por distintos programas y experiencias. Además, en cada viaje familiar hemos procurado conocer la cultura del lugar que visitamos.
Al llegar a la universidad, tuve la oportunidad de convivir con personas de distintos orígenes y culturas dentro de mi salón de clases, lo que amplió mi perspectiva y me permitió entender mejor la diversidad y la importancia del respeto a las distintas tradiciones.
➡️ Reflexión:
Valorar la multiculturalidad me ha ayudado a comprender que cada persona tiene una historia única y que las diferencias culturales nos enriquecen. He aprendido a apreciar y respetar estas diferencias, lo que me ha convertido en una persona más abierta y comprensiva.
Mantiene buenas relaciones interpersonales
Desde mi infancia, he aprendido a relacionarme con otras personas gracias a mi participación en clubes y actividades extracurriculares. Sin embargo, siempre he sido una persona más introvertida, por lo que la convivencia en el internado de la universidad ha sido una experiencia clave para desarrollar mis habilidades sociales y mejorar mi interacción con los demás.
A lo largo de mi vida, he formado amistades valiosas. Durante mi tiempo en la escuela y la preparatoria, tuve amigos con quienes compartí experiencias importantes, pero con el tiempo he aprendido a valorar aún más la amistad profunda y sincera que he construido con mis mejores amigas Joseline y Lizzy (mi prima), y con mi mejor amigo Diego. Aunque hemos tomado caminos diferentes, seguimos manteniendo nuestra amistad.
En la universidad, he tenido la oportunidad de hacer nuevas amistades con Joana, Emily y Michelle, quienes han sido una parte importante de mi experiencia universitaria.
➡️ Reflexión:
Las relaciones interpersonales no solo enriquecen la vida social, sino que también nos ayudan a crecer como personas. He aprendido que la amistad se fortalece con el tiempo y que, aunque las circunstancias cambien, los lazos genuinos permanecen.

































Toma iniciativa para un servicio abnegado
Desde pequeña, me ha interesado la visitación y velación de enfermos, una enseñanza que recibí tanto de mi abuela Tomasa como de mi abuelo Dimas. Sus valores y ejemplo de servicio me inspiraron a involucrarme en actividades que buscan brindar apoyo a quienes atraviesan momentos difíciles.
Por ello, he buscado oportunidades para visitar hospitales y centros de asistencia, donde puedo ofrecer compañía y apoyo a personas enfermas o en situaciones de vulnerabilidad.
➡️ Reflexión:
El servicio desinteresado es una de las formas más puras de amor y entrega. A través de estas experiencias, he aprendido que un pequeño gesto puede hacer una gran diferencia en la vida de alguien más.
Formación personal y actividades extracurriculares
Desde pequeña he estado enfocada en mis estudios, ya que tanto mi mamá como mi abuelo me inculcaron la importancia de aprender y superarme constantemente. También me motivaron a aprovechar mi tiempo libre en actividades que me ayudaran a desarrollar diferentes habilidades, y gracias a eso, he podido crecer no solo académicamente, sino también en lo personal.
He aprendido cosas que disfruto mucho como cocinar, dibujar, pintar y cuidar plantas. También sé lo básico del piano, más o menos sé patinar y siempre he tenido una conexión especial con los niños pequeños. Desde los 16 años he estado activa como consejera en el Club de Aventureros de mi iglesia, lo cual me ha enseñado a guiar, acompañar y tener más empatía. También formé parte del Club de Conquistadores, donde tuve la oportunidad de crecer en liderazgo hasta investirme como Guía Mayor.
Además, participé en diversos cursos y talleres desde la secundaria: tomé clases en la Escuela Bíblica de Vacaciones, y en mi colegio asistí a talleres como Inglés como lengua extranjera, bordado, cocina y música. Todas estas experiencias me han ayudado a explorar distintos intereses y a formarme de manera integral, combinando lo académico, lo artístico y lo espiritual.









Reflexion final
A lo largo de mi vida, he podido desarrollar un enfoque integral hacia el servicio, el aprendizaje y la convivencia con los demás. Estas experiencias han marcado mi crecimiento personal y profesional, ayudándome a comprender la importancia de la empatía, la comunicación y el compromiso con la sociedad.